El término
“telebasura” se utiliza para denominar aquellos programas que han cambiado su
objetivo principal (informar) por un entretenimiento (vulgar, amoral y
ficticio). Y es que cada vez tienen más
cobertura mediática este tipo de formatos. Esto hace que los programas de
información sean cada vez menos, con menor objetividad y menor rigor y por
supuesto más sensacionalistas. Sin
embargo ante este problema no existe un único culpable, todos somos “presuntos delincuentes”.
Por lo
tanto es un circulo vicioso, si los telespectadores en el caso de la televisión
y los usuarios en el caso de Internet cada vez consumen más este tipo de
programas obligan a los medios de comunicación a ofrecer esta programación.
Los medios
de comunicación (especialmente la televisión e Internet) tienen un objetivo
claro: más audiencia y así obtener un número
de beneficios superior a los actuales.
Lo
curioso en estos casos, es que dichos programas tienen tantos apoyos como
detractores, y esto hace que se genere polémica.
La última
polémica que se generó, fue tras la emisión de una noticia importante a nivel
nacional (el accidente de avión que tuvo lugar en los Alpes Franceses, donde
murieron todos sus tripulantes y pasajeros) irrumpiendo la programación matinal.
El debate se produjo debido al retraso de la emisión de unas horas del programa
de moda: Mujeres y hombres y viceversa (Telecinco), en la que seguidores de éste,
emitían sus mofas y quejas sin tapujos a
través de las redes sociales hacia las víctimas y familias del accidente. El
resultado…una multa para estas personas incoherentes y una posible retirada del
programa.
Realmente, dudo
que se vaya a retirar este programa, ¿Por qué otro programa podría superar la
audiencia que genera éste? Simplemente, teniendo en cuenta el horario en el que
se emite (13:00-14:25 horas) resultaría muy complicado enganchar a al sector del
público (desempleados y estudiantes) que habitualmente consumen el programa.
Parece
mentira que en pleno 2015, tengamos que “tirar” de programas basados en las
malas formas, insultos, humillaciones… para entretenernos. Hoy en día son
habituales, los realities (Gran Hermano, Supervivientes, Gandía Shore…) en los
que cada vez se permiten más faltas de respeto entre los concursantes. Hablando
acerca de este tema, se me ocurre un caso reciente: en el último GH (anónimos) que
ha tenido lugar, uno de los concursantes (Luis) llamaba maltratador a otro
(Omar), mientras este según alego “se defendió empujando a su agresor”. Ejemplos como este, en la actualidad invaden
nuestro día a día… y viendo lo que hay solo se me ocurren dos cosas, una de
ellas es que estamos “tan enganchados” a la televisión que vemos lo que nos
pongan y no tenemos conciencia del daño que hacen o por el contrario, sabemos
perfectamente lo que vemos, somos conscientes de ello y seguimos viendo estos
programas “por echarnos unas risas y evadirnos de nuestras vidas”.
Es un tema
lo suficientemente serio y extendido como para empezar a tomar cartas en el
asunto, debemos pensar en todos aquellos
niños y jóvenes que están en edad de crecimiento física y mentalmente que ven
este tipo de programación. Realmente me aterra pensar cómo será la sociedad en
un par de años, entre los pocos valores que tiene la juventud, las prontas
edades con las que empiezan los malos hábitos (fumar, beber…) y la programación
que hay en la televisión… da verdadero pánico pensar en el futuro inmediato.
Todos
sabemos, que tanto niños como adolescentes imitan a sus ídolos (muchos de ellos
aparecen en la “caja tonta”). Lo triste es que para una chica de 15 años su
referente a seguir puede ser Ylenia (concursante de Gandía Shore y Gran Hermano
Vip), una joven conocida por sus malas formas, gritos, discusiones y
borracheras. Lanzo una pregunta al aire, padres de España, ¿creen que este
“personaje televisivo” es el referente ideal para sus hijos? Piénsenlo muy
bien, la educación de sus progenitores está en juego.
Paremos
esto cuanto antes, por nuestro bien y por el las futuras generaciones. Mi consejo
como telespectadora es que exista una mayor responsabilidad. Respecto a los “que
mandan”, programas de entrenamiento ¡SI!, telebasura ¡NO!, gracias.
Soraya López
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