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martes, 28 de abril de 2015

Si no paran de dar “mierda” será que alguien sigue tragándosela

El término “telebasura” se utiliza para denominar aquellos programas que han cambiado su objetivo principal (informar) por un entretenimiento (vulgar, amoral y ficticio).  Y es que cada vez tienen más cobertura mediática este tipo de formatos. Esto hace que los programas de información sean cada vez menos, con menor objetividad y menor rigor y por supuesto más sensacionalistas.  Sin embargo ante este problema no existe un único culpable, todos somos “presuntos delincuentes”.

Por lo tanto es un circulo vicioso, si los telespectadores en el caso de la televisión y los usuarios en el caso de Internet cada vez consumen más este tipo de programas obligan a los medios de comunicación a ofrecer esta programación.

Los medios de comunicación (especialmente la televisión e Internet) tienen un objetivo claro: más audiencia y  así obtener un número de beneficios superior a los actuales.
Lo curioso en estos casos, es que dichos programas tienen tantos apoyos como detractores, y esto hace que se genere polémica.

La última polémica que se generó, fue tras la emisión de una noticia importante a nivel nacional (el accidente de avión que tuvo lugar en los Alpes Franceses, donde murieron todos sus tripulantes y pasajeros) irrumpiendo la programación matinal. El debate se produjo debido al retraso de la emisión de unas horas del programa de moda: Mujeres y hombres y viceversa (Telecinco), en la que seguidores de éste, emitían sus mofas y quejas sin tapujos  a través de las redes sociales hacia las víctimas y familias del accidente. El resultado…una multa para estas personas incoherentes y una posible retirada del programa.

Realmente, dudo que se vaya a retirar este programa, ¿Por qué otro programa podría superar la audiencia que genera éste? Simplemente, teniendo en cuenta el horario en el que se emite (13:00-14:25 horas) resultaría muy complicado enganchar a al sector del público (desempleados y estudiantes) que habitualmente consumen el programa.
Parece mentira que en pleno 2015, tengamos que “tirar” de programas basados en las malas formas, insultos, humillaciones… para entretenernos. Hoy en día son habituales, los realities (Gran Hermano, Supervivientes, Gandía Shore…) en los que cada vez se permiten más faltas de respeto entre los concursantes. Hablando acerca de este tema, se me ocurre un caso reciente: en el último GH (anónimos) que ha tenido lugar, uno de los concursantes (Luis) llamaba maltratador a otro (Omar), mientras este según alego “se defendió empujando a su agresor”.  Ejemplos como este, en la actualidad invaden nuestro día a día… y viendo lo que hay solo se me ocurren dos cosas, una de ellas es que estamos “tan enganchados” a la televisión que vemos lo que nos pongan y no tenemos conciencia del daño que hacen o por el contrario, sabemos perfectamente lo que vemos, somos conscientes de ello y seguimos viendo estos programas “por echarnos unas risas y evadirnos de nuestras vidas”.



Es un tema lo suficientemente serio y extendido como para empezar a tomar cartas en el asunto,  debemos pensar en todos aquellos niños y jóvenes que están en edad de crecimiento física y mentalmente que ven este tipo de programación. Realmente me aterra pensar cómo será la sociedad en un par de años, entre los pocos valores que tiene la juventud, las prontas edades con las que empiezan los malos hábitos (fumar, beber…) y la programación que hay en la televisión… da verdadero pánico pensar en el futuro inmediato.

Todos sabemos, que tanto niños como adolescentes imitan a sus ídolos (muchos de ellos aparecen en la “caja tonta”). Lo triste es que para una chica de 15 años su referente a seguir puede ser Ylenia (concursante de Gandía Shore y Gran Hermano Vip), una joven conocida por sus malas formas, gritos, discusiones y borracheras. Lanzo una pregunta al aire, padres de España, ¿creen que este “personaje televisivo” es el referente ideal para sus hijos? Piénsenlo muy bien, la educación de sus progenitores está en juego.


Paremos esto cuanto antes, por nuestro bien y por el las futuras generaciones. Mi consejo como telespectadora es que exista una mayor responsabilidad. Respecto a los “que mandan”, programas de entrenamiento ¡SI!, telebasura ¡NO!, gracias.

Soraya López

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