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lunes, 25 de mayo de 2015

Concha Chamorro: “Sin periodismo no hay democracia”

Concha Chamorro: “Sin periodismo no hay democracia”



Concha Chamorro (1948), es filóloga de título, y locutora de profesión y de vocación. Esta leonesa afincada en Valladolid desde niña, ha sido una mujer muy luchadora y valiente. Su historia junto a los micrófonos de la radio comenzó en 1974 cuando, tras un año en Inglaterra como profesora de español, volvió a Valladolid y se presentó en Radio Popular (como se llamaba antes la COPE). Se convirtió en una de las voces más reconocidas de la Comunidad Autónoma cuando al poco tiempo decidió viajar a Madrid donde trabajó en información política durante ocho años. Su etapa en la capital de España terminó ya que se lanzó a la aventura de formar parte de un proyecto en Radio África 2000, más en concreto, en Guinea Ecuatorial. Allí su misión era hacer que los guineanos se sintieran orgullosos de la lengua española. Pero como ella misma explica, “entre lechuga y lechuga metía una col” para denunciar las injusticias que se cometían contra los ciudadanos. Embarazada de su única hija, la periodista decidió volver a Valladolid, donde trabajó hasta jubilarse hace siete años en la cadena donde comenzó su trayectoria junto a los micrófonos, en la Cadena COPE.

Chamorro es una mujer luchadora y muy abierta. Desde el primer momento que la vi entrar por la puerta de la cafetería donde quedamos, noté su fuerza y su gran energía. Me acogió como una madre y me pidió por favor que la tuteara. Logró hacerme comprender su visión del periodismo que, aunque no deja de ser en algunos momentos algo pesimista, sigue siéndole tan fiel como siempre. Se trata de una mujer muy alegre que muestra gran amor por lo que hace y una experiencia admirable en la profesión –la cual me trasmitió con mucho cariño, y sobre todo, desde su humilde perspectiva-.
¿Qué diferencias encuentra entre el periodismo que se hacía antes y el que se hace en la actualidad?
El otro día anoté un libro de Gonzáles López Alba, “El cambio de era en los medios de comunicación”. Yo creo que estamos en un cambio de era en toda nuestra vida, en nuestra historia. Estamos entrando en una era completamente tecnológica, no tiene nada que ver con lo que había antes. En todo, y especialmente en periodismo. Yo creo que es algo tan diferente, que a mí ahora me costaría mucho hacer un periodismo como el que hacía antes; es un poco difícil y duro. En el periodismo de antes habíamos pasado una Guerra Civil, y una dictadura de 40 años, y entonces entrabamos en una etapa de transición, que aunque la llamarán así, era una nueva etapa. Cualquier sociólogo diría que hoy estamos entrando en una etapa de transición. Pero la gente joven de hoy no tiene nada que ver con la gente que es mayor y vivió de joven aquella época. Para aquellos momentos se necesitó hacer una Constitución. Hoy se necesita reformarla. Y en el periodismo se están haciendo recortes en la plantilla de trabajadores, y por lo tanto un periodista tiene que cubrir varias noticias al día, lo que hace que se empobrezca el periodismo. La información local se está perdiendo.
¿Cree que vivimos una democracia?
La democracia ha empobrecido. Los periodistas de ahora debían de denunciarlo. Algunos se atreven pero muy tímidamente, muy poquitito. El grupo PRISA siempre ha estado comprada por el PSOE, y los otros medios públicos están con el Gobierno, en este caso, con la derecha. Y los medios de la Iglesia, con la Iglesia. En este momento estoy tan sumamente indignada con los políticos en general, que yo no voy a votar a ninguno. Tendré que acatar lo que salga, no tengo más remedio pero con mi voto no va a contar ninguno. Y yo digo, ¿por qué no tienen en cuenta la abstención? Si en una democracia hay que tenerla en cuenta. Si llega al 50% de la población –que algunas veces ha ocurrido- eso lo tendrían que considerar, y no es así. En este país no se tiene en cuenta a la ciudadanía, es una democracia pobre. Cada uno va a por sus intereses. Este país necesita una reforma Constitucional, un sistema político nuevo, ya no digo si monarquía o república. ¿Pero cuantas Comunidades Autónomas tenemos? ¿Cuántos gobiernitos tenemos? Diecisiete más las dos de África. Después añade diputaciones, ayuntamientos. ¿Qué conlleva todo eso? ¿Para qué tanta gente? Después están un año para aprobar una Ley. Y esto por no hablar de las empresas públicas, que es donde todos los políticos se meten para sacar otro sueldo. ¡Nos están asaltando a los ciudadanos!... A los “mil euristas”.
¿Cuáles son las presiones que reciben los periodistas en los medios de comunicación?
El tiempo y la economía son dos claras presiones que existen hoy en el periodismo. La fuerza política y las Instituciones además se encargan de que los medios estén a su lado; esté quién esté en el poder. Algunas veces con subvenciones económicas, porque saben que el medio no va muy bien, y otras veces, favoreciéndoles en ciertas cosas, como por ejemplo, en la popularidad. Hoy en día los periodistas, muchos de los que participan en las tertulias -aunque no me gusta generalizar-, la gran mayoría están comprados. ¿Cómo vas a creer en lo que opinen estos señores? No se puede creer en su opinión, para nada. Esta gente trata de engañar a la ciudadanía, y eso me parece muy fuerte, que se juegue con los sentimientos de los seres humanos; con la democracia. Creo que los periodistas deben ser totalmente independientes, `freelance´. Puede que en ciertos momentos apoyes a uno, y en otro le sentencies.
Viajaste a África y allí aprendiste mucho. Fuiste una valiente. Para denunciar las injusticias contra la humanidad y la pobreza dices que tuviste que utilizar un lenguaje subliminal. ¿Crees que en España cada día se hace más necesario este tipo de lenguaje?
Yo creo que desgraciadamente sí. Por eso te decía yo que no vivimos en una real democracia. En el momento en el que un periodista tiene miedo a que tomen represalias contra él, de una manera u otra -despidiéndole, dejándolo en el paro, o llamándole la atención-; en ese momento, no existe democracia. Y si no existe democracia, no existe periodismo.
¿Por qué crees que en España no han habido muchos más periodistas como tú que hayan arriesgado, y hayan ido hasta África para defender y denunciar las injusticias que allí se acontecen?
Los de las etnias africanas nos preguntaban por qué les habíamos abandonado los españoles. Decían que no íbamos, que no nos preocupábamos por ellos. A mí me contaban compañeros que vivían ahí, que prácticamente todos los días aparecían cadáveres en las cunetas de las calles. A los Saharauis los han abandonado, únicamente hay algunas familias que adoptan a los hijos para mantenerlos, pero de resto España los ha abandonado. Existen beneficios en África, pero nuestro país es un mandado como la mayoría de ellos, por las altas élites. En España en el momento que se marchó Franco y terminó la dictadura, nos hicieron ver que llegaba un apogeo, pero en cierto modo era un apogeo ficticio. Nosotros dependíamos de la OTAN en la que entramos con el Gobierno Socialista, con Felipe Gonzáles, y más tarde entramos en la Unión Europea. ¿Qué somos? La Troika, El Banco Central Europeo, El Fondo Monetario Internacional. Esas elites son las que nos mandan, y detrás de ellos están los que de verdad tienen la pasta. Toda esta gente maneja el mundo. El Golfo de Guinea Ecuatorial está lleno de petróleo, y España no se ha decantado, no quiso entrar. Han dejado a Estados Unidos que se apoderada y que comercializaran los pozos petrolíferos que habían allí. Ellos ya no dependen de España, la globalización ha hecho que los demás tengamos que acatar lo que dispongan los de arriba.
Hay muchos intereses que definen el periodismo que se hace hoy en día. Por supuesto como has venido diciendo lo económico, lo político… todos son límites a la práctica de la profesión. ¿Has llegado a experimentar algún tipo de diferencia por ser mujer?
He de decir que no he notado ningún tipo de diferencia; ni en salario ni en el trato que he recibido. No sé si es porque yo me he hecho valer y los compañeros me han admirado, me han querido, y me han visto como una igual; pero no he notado esa diferencia personalmente. Y creo que tampoco la ha habido con compañeras mías, al menos no en el medio en el que yo me he desarrollado, porque ha habido siempre un convenio colectivo que no ha diferenciado entre redactores y redactoras; hay redactores y punto. Sí que pude ver al principio diferencias entre la conserje de la puerta y el técnico, pero esas diferencias son más normales. Hubo un momento en el que eso se regularizó en el convenio colectivo y se aprobó por la dirección, de modo que no solamente cobraran un plus determinada gente, sino que lo cobraba todo el mundo. En lo único que se podría establecer una diferencia es en el caso de los directivos, que sí que es verdad que ha habido más hombres que mujeres.
Dices que la radio cada día es más oficialista. ¿Por qué?
Oficialista en el sentido de que cada día es menos presencial. Es el “correveidile”: vas a un sitio, recoges la información, y no contrastas, no tienes tiempo para más, ni siquiera para emitirlo o para divulgarlo correctamente. Además el limitar la plantilla, el hecho de que cada vez haya menos redactores para todo, limita muchísimo el oficio.
El periodismo de Investigación, ¿ya no interesa?
No, para nada. Ese tipo de periodismo que existió en una época, ya no existe. Ahora los periodistas cada vez más se limitan a recibir lo que reciben de las ruedas de prensa y de los gabinetes de comunicación, y es lo que envían. De alguna manera deben rellenar el espacio informativo.
¿En qué medida crees que el futuro de la profesión pasa por Internet y por las redes sociales?
Yo creo que va a ser fundamental. Como dije antes, entramos en una nueva era, creo que la nueva era tecnológica va a ser muy importante. Creo que todo va a ceñirse ahí. La prueba está en que si vemos a las personas mayores de 60 años tienen que aprender a utilizar el móvil, el Wassap.
¿Cómo las utilizas tú? ¿Qué uso les das?
Yo el ordenador prácticamente no lo uso ya, porque el móvil me sirve para todo: para el correo electrónico, para Internet, para el Wassap… lo utilizo para todo. La batería me dura un día (entre carcajadas).
¿Es renovarse o morir? Si el periodista no se adapta al uso de las redes sociales, ¿está acabado?
Yo no sería tan drástica, aunque sí es verdad que con el tiempo podrían fracasar. Date cuenta de que además se está tratando de ahorrar papel. Las mismas facturas de las empresas energéticas, o las de los bancos mismamente; ya no te mandan correos ordinarios de papel. Entonces una de dos: o te adaptas a eso, o no te enteras de nada. Yo por ejemplo ahora, si me quiero enterar de lo que está pasando a mi alrededor, o me voy a Internet, o no me entero. A no ser que venga a la cafetería, me tome un café y consulte tres o cuatro periódicos -porque no puedo comprármelos-, y así me leo toda la prensa. Cada vez menos se ve gente por ahí que compre periódicos. La tendencia es que el periodismo de papel desaparezca; no de manera drástica, pero con los años desaparecerá.
Pero no se puede hacer periodismo en 140 caracteres tampoco, como es el caso de twitter.
Exacto, es por ello por lo que te hablaba del periodismo presencial, de que es un “correveidile”; es cada vez más un periodismo de titulares. Eso no quiere decir que si hay alguna noticia que te interesa, no existan periódicos digitales que te lo cuenten un poco más ampliamente. Pero se tiende a eso.
Por ejemplo en la COPE, el medio que ha sido como tu casa, ¿cómo se gestiona el uso de Internet y de las redes sociales para el ejercicio de la profesión?
Cuando yo me marché hace siete años no las utilizaban, pero hoy ya sí. De hecho mis antiguos compañeros que siguen trabajando en la cadena, ya te remiten a las redes sociales, a Facebook o Twitter, para que los usuarios cuelguen sus fotografías y comentarios. Y es que el periodismo es un poco eso también; es lo que diga la gente.
Es que en el periodismo no hay nada escrito. No es una ciencia exacta.
Claro, el periodismo es una evolución continua. Yo lo hablaba con Celso Almuiña, un profesor de mérito de la UVA que fue Director del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, y fue el que creó los estudios de periodismo aquí, en la Universidad de Valladolid. Siempre le he preguntado qué es lo que estudian estos chicos y chicas, porque es que después van a hacer prácticas, y es que no se ve. O sea, no tienen la base formativa que igual pudieran tener otros que han estudiado otras carreras, como filología hispánica, historia. Estamos de acuerdo en que en vez de hacer periodismo desde el principio, se debería hacer primero una carrera base -de historia por ejemplo-, y luego hacer un master y especializarte en periodismo.
Bueno de hecho tú no eres periodista de carrera. Eres filóloga. ¿Cómo crees que hoy en día podríamos solucionar el intrusismo –con todos mis respetos hacia ti-, ahora que sí existe la carrera de periodismo?
Yo no sé si hoy en día los directores de los medios de comunicación tienen prohibido o no contratar a alguien que no tenga el título de periodista. Antes podían contratar a cualquiera con tal de que tuvieran una formación universitaria; era suficiente. Pero hoy en día que sí existen estudios de periodismo prácticamente en todas las Universidades, es complicado. Yo no creo que deban limitarse a contratar a periodistas. Deberían poder contratar a cualquiera que tuviera una carrera.
Entonces, ¿Cualquier persona hoy puede ser periodista?
No, pero sí podría serlo cualquiera que tuviera una titulación universitaria. Debería de estar regulado de otra manera. Hay universidades como la de Navarra, o la Complutense de Madrid, que tienen una base formativa muy buena en periodismo; e incluso hay periodistas ya mayores que se han formado ahí. Pero yo trataría de ser más abierta ya que los que no están contentos con una carrera se pasan a periodismo o a ADE, sin mirar si les gusta o no, sino porque se fijan en personajes públicos como Sara Carbonero. El periodista en realidad ya no es el que está delante, sino detrás. Es el que hace todo el trabajo, y es invisible.
Comprendo que propones que el que esté delante de las cámaras, en este caso, no sea alguien con la carrera de periodismo, sino una persona con buena presencia. Pero entonces, ¿qué mérito se lleva el redactor que es el que compone la información?
Pues ninguno… ¡es invisible! Creo que no aparecen ni sus nombres. Yo no quiero hacer caer los estudios de periodismo. Pero quiero y creo que se deberían valorar a las personas con formaciones universitarias diferentes, y que después puedan ser periodistas a través de un master o unas prácticas. Fíjate en los políticos, por ejemplo. Muchos no han estudiado nada. No digo que un médico no deba estudiar medicina, es más, deberían de estar mucho más tiempo que los que cursen otros estudios. Pero hay otras carreras en la que no se hace necesaria la carrera. Y el periodismo es un ejemplo.
¿Cuáles dirías que son los retos que se les plantean hoy a los periodistas?
Demostrar que quieren comunicar y que quieren informar de algo que está sucediendo en realidad, sin que nadie se lo imponga. ¿Por qué a Weinberg le apartaron el libro que estaba escribiendo y no la dejaron continuar? Ahora somos esclavos de otra manera, pero no dejamos de serlo como lo eran en la Edad Media.
Como estudiantes de periodismo, nos encantaría recibir tres consejos de una periodista con tu experiencia y recorrido

Pues les diría que sigan luchando, que nunca se dejen comprar, y que por supuesto, nunca pierdan la esperanza.

Por Laura Acosta Méndez

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